El viaje inaugural

Por fin tengo la moto. Ha sido un proceso regido por la ley de Murphy como ya había dicho antes y mi primer viaje en ella no podía faltar a esta regla. La semana pasada ha hecho un clima estupendo en Madrid pero claro, como la moto no me la entregaron esa semana sino esta, ahora el clima está de la peor manera posible para salir en moto. Llueve y mucho.

Ayer cuando salí de casa rumbo a Azuqueca a recoger la moto vi que el cielo estaba nublado pero también vi algunos baches entre las nubes por los cuales se dejaban ver unos cuantos rayos de sol. Tenía la esperanza de que se aclarase un poco más el cielo pero las previsiones no fallan y por el contrario cada vez se puso más negro. Cuando ya estaba todo preparado para salir en la moto cayeron las primeras gotas de lluvia y con el paso de los minutos se incrementaba la intensidad de la tempestad. Yo afortunadamente tenía toda la armadura motera puesta y no me deje ahuyentar por el clima. Resultado: Llegada a Madrid sano, salvo y seco luego de una hora de viaje.

Pero claro, la jornada no podía terminar de esa forma tan tranquila. Hacía falta encontrar un garaje. Yo contaba con dejar la moto en el que hay a 40 metros de mi nuevo piso así que al llegar a casa me quité la armadura y me dirigí a dicho lugar pero al entrar el portero me hace unas señas despectivas y luego me dice que no reciben motos. No se, será que piensan que son explosivas o algo así.

En fin, siempre hay un plan B y en este caso consistió en dar paseos por la zona buscando otro garaje, con tan mala suerte que justo en ese momento regresó la lluvia torrencial y claro, yo sin mi traje motero. Resultado del plan B: jeans completamente humedos y cero garajes encontrados. Al final la moto ha tenido que pasar la noche en la calle de la policía. Para hoy espero que haya más suerte con los garajes.