Portugal 2016 – Río Douro-Duero

El último día de viaje consistía en volver a Madrid desde Braganza. Antes de salir del hotel siempre tenemos el desayuno como un momento muy importante. Nos encanta coger el hotel con desayuno incluido y nos parece clave para empezar el día siempre con un buen momento, y con mucha energía gracias a la dosis liberal de cafeína que requiere la chica. Tanto en Aveiro como en Braganza nos han salido perfectos.

Saliendo tan temprano del hotel, lo lógico era aprovechar el día en algún lugar en medio de la ruta, y en este caso el paraje elegido fue Miranda Do Douro, una pequeña ciudad fronteriza entre España y Portugal a orillas del Douro-Duero. Como ya habíamos cumplido con la cuota de turismo playero y medieval, en Miranda nos decidimos por el fluvial.

Junto a la Estación Biológica Internacional, que se encarga del estudio y la conservación de la Biodiversidad de los parques de la reserva natural del Duero, hay un recinto para visitantes desde el cual salen los cruceros turísticos en catamarán por el río Duero. Ya no era temporada, pero tuvimos suerte de que un gran grupo de jubilados de Andalucía habían reservado para ese día y pudimos disfrutar de la experiencia completa.

En el catamarán nos contaron sobre todos los pájaros que tienen nidos en la zona, incluyendo varias especies de águila. También nos mostraron una zona de cultivo que recrea lo que hacían los locales que no tenían tierra y que subsistían de su ingenio en pequeñas plataformas artificiales en las que lograban criar cabras, cultivar algunos frutos y hasta producir miel. Por supuesto, aparte de todo esto estaban las vistas del cañón del Douro, que son espectaculares, Todo el crucero es genial.

El crucero fue nuestra última actividad en Portugal, y el cierre de las vacaciones. Luego en la ruta pasamos por Zamora y finalmente llegamos a Madrid, nuevamente sin ningún contratiempo.

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